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El inicio de clases es un momento de reorganización familiar y de cambios para nuestros hijos. Luego del aislamiento social que se ha establecido durante la pandemia, es un momento propicio para realizar controles de salud pediátricos, visuales, odontológicos y auditivos con el fin de llevar a cabo determinaciones del crecimiento y evaluar aspectos del desarrollo concernientes a la nueva etapa que se inicia.

Hay que chequear que el esquema de vacunación esté completo. En el ingreso escolar (5-6 años) se aplican los refuerzos de Sabin oral, y vacunas Triple viral y Triple bacteriana, propias del esquema nacional de vacunación. A partir de los 11 años, se incluyen las vacunas del HPV (dos dosis, con seis meses de diferencia entre ambas), vacuna Triple bacteriana y de meningitis.

El control visual con el oftalmólogo es fundamental, la mayoría de los “problemas visuales” son indetectables por parte de los padres y el niño no suele referir inconveniente alguno. En el control oftalmológico se detectan vicios de refracción (miopías, hipermetropías, astigmatismo) que suelen entorpecer el normal desarrollo.

Otra situación de suma importancia, es la evaluación auditiva. La entrevista en el consultorio observando al niño, es muy enriquecedora para evaluar dicha situación y también para objetivar el desarrollo del lenguaje. Es aquí donde disfluencias del lenguaje son observadas y pueden ser corregidas dentro de cierta etapa madurativa con la ayuda de fonoaudiólogos y otorrinolaringólogos.

La salud bucal es otro aspecto fundamental. La consulta odontológica es importante para una buena salud bucal y para supervisar el desarrollo de toda la cavidad bucal y prevenir y/o corregir situaciones diversas de los niños (mal oclusión dentaria, paladar ojival, caries).

Servicio de Pediatría