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1/ Ignorar la enfermedad 

La diabetes es una enfermedad metabólica crónica que produce una mala utilización de la glucosa generando la energía a partir de otros precursores lípidos y proteínas. De esa manera se originan sustancias nocivas para el organismo pudiendo ocasionar daños en distintos órganos como, el corazón, riñones y ojos. Los síntomas  aparecen cuando el estado metabólico está muy alterado, estos son: poliuria (aumento del volumen urinario), polidipsia (mucha sed) y polifagia (anormal deseo de comer); sin embargo, se puede hacer el diagnóstico en pacientes asintomáticos mediante un simple examen de laboratorio previniendo las complicaciones de la enfermedad con el tratamiento adecuado.

Cuando se le informa al paciente que tiene diabetes, se genera un estado de angustia y una reacción negativa, desencadenando el mecanismo defensivo de ocultar la situación.

Ignorar o negar la enfermedad no significa eliminarla.

2/ No informarse adecuadamente 

Si uno conoce cómo funciona la diabetes, puede tomar conductas más apropiadas. La educación sobre esta patología es importante porque nos permite saber cómo actuar ante situaciones cotidianas y no dejarse guiar por conceptos aislados que se difunden de boca en boca. Muchas veces éstos son falsos o inadecuados.

La educación es el eje de una buena calidad de vida pero debe ser adquirida en lugares reconocidos, ya sea asociaciones no gubernamentales o en instituciones médicas con profesionales dedicados al tema.

3/ La medicación es suficiente

Los pilares de una buena atención de los pacientes diabéticos son: educación, nutrición adecuada, actividad física y medicación.

La mayoría de los pacientes supone que tomando solamente la medicación se encuentra protegido. Sin dudas esto es insuficiente en el tratamiento de la diabetes:  la medicación es importante pero no es el único elemento terapéutico.

Es importante no creer en promesas que le dan un carácter mágico a la cura de la diabetes con productos que pueden ser nocivos o resultar inocuos para el organismo y que no van a mejorar el control de la enfermedad.  

4/ No cuidarse con las comidas 

El inconveniente más grave es la relación con la comida. Siempre se indica que debe existir una buena nutrición aunque los usos y costumbres hacen que “total una vez no pasa nada”. Pero la sucesión de muchas “una vez” complica la evolución. No hay duda que es muy difícil sobrellevar una  enfermedad crónica y estar siempre conviviendo con aquello que nos puede hacer daño. Pero es importante insistir en el cumplimiento de las indicaciones y cuando fallamos, habrá que comenzar nuevamente. 

5/ Querer combatir la enfermedad

Con una enfermedad crónica se generan situaciones de bronca, tristeza, culpa… Surge la necesidad de querer combatirla y si podemos, eliminarla. Tenemos que saber que la diabetes es una enfermedad metabólica en nuestro organismo y si queremos combatirla estamos luchando contra nosotros mismos.

Debemos amigarnos con la enfermedad y de esa manera compartir lo bueno y lo malo para poder sobrellevar una vida digna. Es aconsejable no luchar sino actuar para que el organismo funcione lo mejor posible. Siendo dueños de nuestro destino generaremos tranquilidad y seguridad en nosotros y en nuestra familia.

Dr. Alberto Fares Taie
Especialista en Endocrinología
MP 14.466

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