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El nuevo coronavirus COVID-19 surge en China en 2019 y generó la pandemia . La transmisión es a través de gotitas que al caer sobre superficies hacen que la persona las toque con las manos y luego el virus ingrese al estar en contacto con las mucosas. La transmisión por contacto es cuando se produce el contagio y por esto es el alto poder de transmisión del COVID-19. En el 80 % de los casos, los pacientes tendrán síntomas muy leves a moderados; el 20 % va a tener neumonía y el solo 5% requerirá internación con cuadros graves. La combinación de la alta transmisibilidad y los cuadros graves hicieron que el sistema de salud mundial se viera sobrepasado. Los más afectados son las personas de más de 65 años y con factores de riesgo. La mortalidad a nivel mundial ronda entre el 2 y el 10 % dependiendo de la cantidad de casos detectados. Además, la mortalidad depende en ciertos países con aquellas ciudades con población con mayor edad. A los pacientes con síntomas se le realiza una PCR mediante un hisopado para detectar material genético del virus. Otra prueba que realiza es el test para medir anticuerpos. Un caso sospechoso se define por fiebre, dolor de garganta, falta de aire, tos seca y aparición súbita de falta de olfato y gusto.  En este contexto el objetivo es aplanar la curva y disminuir el número de casos manteniendo las medidas de higiene y distanciamiento social.