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Antes de la llegada del verano es importante empezar a tomar recaudos ante la exposición al sol, considerando que el efecto dañino sobre el ADN de la piel es acumulativo. 

Las personas de pieles muy blancas (fototipo I y II) y pacientes con enfermedades de piel relacionadas con el sol, deben usar protectores todo el año, en general es el mes de octubre donde los rayos UVA / UVB (ultravioleta A y B) empiezan a aumentar su intensidad. Hay que tener en cuenta que los rayos UVB son los que más influyen en la quemadura solar, es decir la que nos hace poner rojos, y los rayos UVA tienen más influencia en el fotoenvejecimiento de la piel. Aunque ambos tienen implicancia en el desarrollo del cáncer de piel.

Los protectores solares son aliados que han llegado para permitirnos hacer una vida al aire libre sin sufrir las consecuencias de la quemadura solar. El factor de protección (sigla PFS) debe adecuarse no sólo a la edad del paciente, por ejemplo los niños necesitan una protección alta de  PFS 50 o más ya que su piel es más vulnerable al daño solar, sino que también al fototitpo, es decir el color de la piel que es un determinante. Los niños menores de 2 años no deberían tener largos periodos de exposición solar ya que es la etapa de la vida donde el ADN celular es más frágil a los rayos ultra violetas. En el caso de las pieles oscuras, pueden manejarse con menor factor de protección porque la melanina de la piel actúa como un protector solar, y en pieles blancas -que tienen poca melanina- necesitan mayor uso de fotoprotectores ya que son más sensibles al daño.

Cuando se habla de factor de protección alto se hace referencia a un factor PFS 30 para arriba. Cabe recordar que a los fotoprotectores hay que reponerlos cada 2 o 3 horas y luego de cada zambullida en el agua. La postura debe ser homogénea y sin saltar zonas  como orejas y cuero cabelludo en el caso de las personas con calvicie. Hoy en día hay muchas marcas que han podido solucionar el problema estético ya que existen cremas con color, emulsiones sin olor, emulsiones astringentes y spray que no dejan la piel grasosa. Todos estos productos son de gran efectividad para protegernos del sol. Siempre hay que mirar la fecha de vencimiento del producto ya que suelen usarse de un año para el otro. El uso incorrecto de un protector solar puede dar una falsa sensación de protección, que suele ser más dañino que no haberse puesto el mismo.

La hora pico de radiación solar se ubica de 11 a 16, horario en el que se debe tener la mayor precaución. La quemadura solar puede generar un cáncer de piel, o hacer que lunares benignos se degeneren. El daño solar es acumulativo y el ADN celular se va dañando con la radiación solar acumulada en la célula. En los pacientes con antecedentes de cáncer de piel o aquellos que deseen cuidarse del sol, se pueden utilizar autobronceantes que bien colocados, es decir dos veces por semana en forma homogénea, generan un color muy similar al bronceado natural y son inocuos, sin ningún daño para la piel.

La ropa blanca, el uso de anteojos oscuros, sombrero y protector solar para labios son de gran ayuda a la hora de realizar actividades al aire libre y evitar el daño en la piel por una exposición solar excesiva o sin tomar recaudos. 

Como clave para disfrutar de la playa y las actividades al aire libre en primavera y verano, se aconseja siempre recurrir al dermatólogo para solicitar recomendaciones en forma preventiva o ante una quemadura solar severa.

Dr. Agustín González Cocorda
MP 94.024
Especialista en Dermatología

Av. Colón 3651, 1º piso – Consultorio 106
Tel. (0223) 499-2579